En el año 1907, fue el nacimiento de Bomberos de Calama. En el siglo XX, apenas comenzaba a construirse la ciudad con más o menos 10.000
habitantes, con algunas casas de barros
y paja, callejuelas de tierra gredosa, flanqueadas por un sinnúmero de acequias y
zanjones, se abría paso en pos de convertirse en una gran ciudad.
Corazón, empuje, voluntad, espíritu de servicios, baldes con agua, carros gallos de tracción humana, era todo lo que nuestros antecesores podían poner a los incendios.
Corazón, empuje, voluntad, espíritu de servicios, baldes con agua, carros gallos de tracción humana, era todo lo que nuestros antecesores podían poner a los incendios.
En el año 1927, el material móvil apenas se insinuaba con un
carro Chevrolet y un Ford "A" en nuestro
equipos de material mayor.
Hoy, una ciudad con un comercio floreciente, industrias de
apoyo y servicios a la gran minería, traen como consecuencia una expansión en la
superficie habitacional para dar cabida a
la nueva población de la Provincia "El Loa". Esto, ha motivado a reforzar nuestro
parque automotriz con modernas máquinas, lo cual exige un proceso de
adaptación a la actuales condiciones, a la
constante renovación de los medios
de lucha en los aspectos de prevención, control y extinción de incendios.
El desarrollo de
materiales y fibras sintéticas, como los nuevos elementos utilizados en la
gran minería, tales como: la química de procesos, solventes y otros,
exigen del voluntario un mayor tiempo y dedicación, hay necesidad de un
adiestramiento y la mantención de una disciplina, las cuales demandan un nuevo
sacrificio de nuestras horas libres, pero para eso, se requiere llegar siempre
dispuesto a aceptar las condiciones y medios que nos pueda ofrecer el Cuerpo de
Bomberos, cuando se solicita el ingreso a esta noble institución de
servicio público.
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